jueves, 25 de febrero de 2016

LA MESA DE ESNUJAQUE, UN JARDÍN ENCLAVADO EN MONTAÑAS TRUJILLANAS

La Mesa de Esnujaque, un jardín enclavado en montañas trujillanas
 

Trujillo, 24 Feb. AVN.- Grandes jardines que adornan las montañas trujillanas, reflejo de la alegría y la magia de la naturaleza, caracterizan a La Mesa de Esnujaque, un hermoso pueblo enclavado a 1.742 metros sobre el nivel del mar, en el municipio rural Urdaneta, en el estado Trujillo, región andina del país.
La maravillosa vista que tiene este pueblo es reflejo de la principal actividad económica de la zona: la gran mayoría de las familias que allí habitan se han dedicado, generación tras generación, al cultivo de una gran variedad de flores, convirtiéndose esta meticulosa y delicada labor en el principal trabajo de la zona, al punto que a gran parte del territorio nacional llegan las flores cultivadas en La Mesa de Esnujaque.
Alfonso Carrillo es uno de los floricultores de la localidad andina, donde nació hace 39 años, de los cuales 25 los ha dedicado al oficio que aprendió de sus padres.
"El cultivo de las flores es una actividad productiva que nace y crece en familia. Ya son más de 40 años que tenemos los habitantes de La Mesa dedicados a esto", expresó.
Y es que la producción de rosas, gladiolas, pompones, montecasino, ave del paraíso, crisantemos y astromelias, entre otras variedades, se observan por doquier, bien sea en parcelas o hasta en los patios de las casas, lo que imprime una particular belleza a la zona, atrayendo a cualquier persona que sabe disfrutar de las bondades de la naturaleza.
"El rendimiento de la producción de flores es muy bueno acá. En espacios de 1.500 hasta 2.500 metros cuadrados tenemos muy buenos cultivos. En estos 40 años de trayectoria en el cultivo de flores podemos decir que somos capaces de surtir el 70 % del mercado nacional", resaltó.
Explicó que estos cultivos requieren de mucho cuidado técnico y de mucho amor, que son la combinación perfecta para lograr resultados óptimos, como se observa en cada parcela de La Mesa, donde se cultivan las flores más llamativas que son referencia a escala nacional.
"Yo me dedico en estos momentos a la siembra de flores de follaje, como el montecasino. Hay otras familias que cultivan pompones o rosas y así se ha convertido este trabajo en una cultura", relató.
Carrillo destacó que este impulso de la floricultura ha sido un proceso particular de las familias, pues no existen asociaciones que promuevan la actividad; además, son los mismos pobladores quienes se encargan del traslado a otras ciudades del occidente del país que sirven de epicentro para su distribución.
"Es en zonas de Lara y Portuguesa hasta donde principalmente se trasladan para de allí ser distribuidas hasta para oriente venezolano", dijo Carrillo, quien agregó que el tiempo de traslado de las flores —que cuentan con las medidas fitosanitarias que garantizan su calidad— incide en su crecimiento.
"Dependiendo las horas de viaje se deja crecer la flor para preparar los ramilletes. A mayor distancia tiene que estar más cerrado el capullo. Los ramilletes se trasladan en vehículos cerrados sumergidos en recipientes de agua para mantener la hidratación", expresó.
Todo este esfuerzo, refiere Carrillo, tiene una gran recompensa: la satisfacción por la labor cumplida. "Uno se siente orgulloso de decir que se dedica a esta tarea que, aunque laboriosa, es muy bella porque cada flor es como parte de quien la cultiva. Saber que ese esfuerzo que implica cada ramillete llega a gran parte de Venezuela es muy gratificante", expresó Carillo.

Lugar turístico por excelencia
Ubicada a 52 kilómetros de Valera, la principal ciudad del estado Trujillo, y a 640 kilómetros, aproximadamente, de Caracas, La Mesa de Esnujaque (nombre proveniente de los indios Esnujaques, primeros pobladores de la zona) es uno de los lugares que por sus atractivos naturales es referencia turística en la entidad.
Fundada en 1687, la localidad se encuentra situada entre bosques y montañas, en una meseta, con un clima agradable de 17 grados centígrados, en promedio.
Además de flores, esta zona de tierras fértiles es alta productora de hortalizas. Así, los cultivos se conjugan perfectamente con sus casas coloniales, empinadas calles de piedra que dan el aspecto rural propio de los pueblos andinos.
A esto se suma la amabilidad de su gente, que con una sonrisa y trato amable, le da la cordial bienvenida a quienes se aventuran a conocer esta hermosa población trujillana.


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Procesión previa a celebrarse misa de San Benito de Palermo de La Mesa de Esnujaque

 https://youtube.com/watch?v=CRRf9h27fdU&feature=shared