La Tribu de los Esnujaques para el año 1595-1600 es ya
mencionada en esos tiempos cuando Sancho Briceño Graterol por orden de la
Corona cumple labores de esclavizar a los nativos de esta tierra de los andes
trujillanos que no solamente se trataba de dominar con la fuerza sino también
con la imposición de una fe extraña traída desde el otro lado del océano y que
para estos lugares se encomendó al Religiosos José Vílchez y Narváez quien
tenía la responsabilidad de catequizar a no solamente los Esnujaques sino a
cada tribu de estos lados de lo que hoy conocemos como estado Trujillo.
Junto a los Esnujaques fueron reducidos los Jajoes,
Quicoquis, duries y los Mapén formando en principio esta Parcialidad que fue administrada desde un sitio
geográficamente céntrico y que dio origen al pueblo de Jajó en el año 1611.
En estos primeros años de Encomienda es interesante hacer referencia
a la dificultad que los españoles tuvieron con algunos caciques como el caso de
“Esnujaque” quien enfrentó a los “Hombres de a caballo” hasta que fue asesinado
dando quizá en este aspecto mayor fuerza a la conquista en esta zona que no
sólo vio resistencia en este cacique sino también en las demás tribus que
habitaban esta zona; pero que lamentablemente
no podían enfrentar el tronar del arcabuz.
El año de 1687 se tiene como el de la “Fundación” de La Mesa
de Esnujaque por parte del encomendero Diego Jacinto de la Mesa…Algunos
equivocadamente afirman que su nombre se debe en parte al apellido de este
señor sin tomar en cuenta que el poblado está asentado en una “Mesa” o “Meseta”
o “Altiplano” por lo que particularmente
concluyo que es más razonable relacionar este accidente geográfico y sus
primeros habitantes, La tribu de los Esnujaques, con el nombre de este poblado: La Mesa de
Esnujaque.
La Mesa de esnujaque fué elevada a Parroquia en el año 1738, bajo el pontificado de Clemente XII...Era época en que la Provincia de venezuela estaba sometida a la Audeniencia de Santo Domingo y al Virreinato de Santa Fe de Bogotá.
Recopilación histórica hecha por José Rafael Caraballo Palacios
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