Una de las más hermosas tradiciones que de pequeño nos inculcan en nuestros hogares es la de escribir una carta al Niño Jesús...En estas lineas les compartiremos la que el guia espiritual de la feligresía católica de La Mesa de Esnujaque le escribió al Mesías encarnado...Quiera Dios Todopoderoso que no desaparesca de nuestra fe esta hermosa práctica que tiene su toque de inocencia en los niños pero que nosotros como adultos no deberíamos menospreciar...Todo lo contrario, practicar esta manera de orar a quien dejó su trono para venir al mundo en un pesebre.
A continuación les invito a leer la carta del padre Alí que aunque focalizada en gran parte en La Mesa de Esnujaque se puede adpatar perfectamente a cuialquier parte del mundo.
"Querido Niño Jesús, nuevamente en esta Navidad me animo a escribirte, desde muy niño comprendí, que escribirte la carta previo a la Navidad era un gran medio para poder establecer un diálogo personal contigo. En esta carta que aprendí a hacerte desde pequeño, he descubierto que se ha convertido en un instrumento de oración, por medio del cual, puedo en primer lugar darte las gracias, en segundo lugar puedo disculparme contigo y en tercer lugar puedo presentarte mi petición.
Recuerdo que, desde pequeñito te decía que me había portado bien o que al menos lo había intentado, hoy en día debo repetir esas mismas palabras, he intentado portarme bien, algunas veces he fallado pero tú sabes muy bien que he intentado corregirme, he intentado mejorar, eso es lo que me hace capaz de atreverme a presentarme ante ti, para poder comunicarme contigo.
Hoy quiero darte las gracias, quiero darte las gracias en primer lugar por mi vida, quiero darte las gracias por mi familia, quiero darte las gracias por todo lo que me permites experimentar y vivir, quiero darte las gracias porque cada nuevo día es un regalo de tu providencia, es una sorpresa nueva que tú me das cada nuevo día, es un motivo para bendecirte, para alabarte, para glorificarte. En las circunstancias que me permites vivir, he descubierto el gran amor que me has tenido, también me has hecho descubrir el amor que te tengo y en ese descubrimiento he encontrado que puedo dar más, que debo crecer cada vez más en el amor, que te debo manifestar y que te debo expresar.
Al intentar expresarte mi gratitud siento que me quedo corto en las palabras, no existen palabras en nuestro lenguaje humano para decirte lo agradecido que estoy contigo, por lo que me has permitido vivir y por las bendiciones que yo sé que tú has derramado sobre mí y no sólo sobre mí, sino también sobre las personas que amo especialmente las bendiciones que has derramado sobre mi familia y sobre la gente que has puesto en mi camino, especialmente hoy quiero darte gracias por esta hermosa comunidad, que lleva por nombre parroquia San Juan Bautista de la Mesa de Esnujaque, aquí desde el mes de marzo me has permitido vivir momentos maravillosos, en los que he logrado evidenciar la providencia de tu amor. En esta hermosa comunidad anclada a más de 1700 m de altura sobre el nivel del mar me permites gozar, no sólo de un buen clima, no sólo de los hermosos paisajes, sino también me permites gozar de la calidez humana de personas maravillosas, de personas extraordinarias que me has permitido conocer, que me han hecho sentir que el ser humano fue creado a tu imagen y semejanza, porque con la bondad de su corazón me enseñan que el ser humano es la criatura más perfecta y más parecida a ti, desde la expresión de la bondad, por eso señor hoy quiero darte las gracias. También quiero darte las gracias, porque me has permitido la dicha de acompañar a una comunidad pastoralmente activa, espiritualmente sana y en búsqueda de una mayor sanidad, una comunidad que está dispuesta al servicio y al apostolado, una comunidad que como iglesia trabaje en beneficio de los más necesitados y que busca en todo momento vivir Con mayor fidelidad el evangelio que predicaste a tus apóstoles y que dejaste plasmado en las sagradas escrituras Quiero darte las gracias por las personas de esta comunidad, que has puesto en mi camino y que me han ayudado a que mi estadía durante estos nueve meses sean más agradables, los que me han enseñado en tan corto tiempo el verdadero valor de la amistad y de la solidaridad, de la entrega del servicio y de la comprensión.
En esta carta, instrumento de oración, también he comprendido que es necesario pedir perdón, en primer lugar pedirte perdón a ti por mi falta de fe, por mi falta de compromiso, por mi falta de fidelidad por las veces que he puesto en duda mi fe en ti, por las veces que no me esforzado lo suficiente para demostrarte mi amor, por las veces que no he luchado por alcanzar mis sueños, esos que tú me has manifestado desde que soy muy pequeño. Te pido perdón, por las veces que he permitido que la tristeza y la soledad embarguen mi corazón, esa tristeza y esa soledad que en algunos momentos no me permiten servirte con mayor libertad, con mayor alegría, tú mereces ser siempre bien servido, con entusiasmo, con alegría, y es por eso que hoy quiero pedirte que me perdones. En segundo lugar quisiera pedirle perdón a mi familia, por las veces que he tenido que ausentarme de sus vidas y de sus acontecimientos importantes, ellos saben muy bien que los amo mucho y que quisiera estar junto a ellos en todos los instantes de sus vidas, pero por la misión que he recibido de tu parte señor, muchas veces se me hace imposible estar para ellos, sin embargo quiero que sepan que en mi mente y en mi corazón siempre estoy con ellos. En tercer lugar, quiero pedirle perdón a esta comunidad que me ha recibido y que me ha cobijado en medio de su pueblo, esta querida comunidad de San Juan Bautista de la Mesa de Esnujaque, quiero pedirles perdón, porque si en algún momento he fallado y no he sido testimonio para ustedes, quiero que sepan que los errores han sido míos, jamás del ministerio sacerdotal que represento, quiero pedirles perdón, por quizá no ser el pastor que ustedes merecen y esperan, pero les aseguro que he tratado de dar lo mejor de mí, que he intentado ser un buen sacerdote para ustedes, pero siempre al verme en vuelto en debilidades siento que no llego a la altura de sus exigencias, espero en Dios, en el tiempo que vaya a estar acá junto ustedes, el señor me conceda la gracia de ir moldeando mi sacerdocio, no para complacer caprichos personales, sino un sacerdocio moldeado según las necesidades espirituales y pastorales de esta hermosa comunidad.
Al ir finalizando esta carta, quiero pedirte mi niño Dios bendito por tantas cosas, pero sé que no a todas ellas tú me podrás responder, es por esa razón que tengo que priorizar en mis peticiones, como me lo has venido enseñando a lo largo de mi vida. Anteriormente te pedía cosas sin sentido, que pensaba eran buenas para mí, hoy comprendo que muchas veces lo que yo pienso que es bueno para mí, no es no está en tus planes concedérmelo, porque según tu infinita sabiduría, lo que yo pido no me conviene y he venido aprendiendo que lo que me conviene, es lo que tú quieres para mí.
Padre Alí Enmanuel Benítez, Párroco de la Parroquia San Juan Bautista de La Mesa de Esnujaque - Trujillo